Sin esperar nada a
cambio y con la mejor intención, a veces dirigimos nuestra energía positiva
hacia alguien que no lo ha pedido.
Después de un tiempo
hemos de comprobar si esa acción de "ayuda" es comprendida y aceptada, ya
que, si no resulta una acción provechosa, habremos "gastado" una generosa
energía en seres que no la aceptan de buen grado.
No siempre, por los motivos que sean (respetables todos) las personas a las que les "damos" son receptivas para recibir y pueden interpretar el hecho como una invasión personal, produciéndose juicios y reacciones contraproducentes y de rechazo.
Pienso que tenemos que profundizar, practicar y aplicar en las relaciones con
los demás, valores como la ternura, comprensión, generosidad, bondad, capacidad
de ayudar y colaborar... compartir y Amar. Pero deberíamos reconocer que
estos aspectos se aplican igualmente cuando damos, recibimos o llega el momento
de RETIRARNOS.
Hace muchos años, cuando comencé a compartir "herramientas" y técnicas para colaborar con personas y organizaciones en su crecimiento, pensaba de otra forma. Nunca tomaba la iniciativa y esperaba a que me "pidieran ayuda". Sin embargo, desde hace tiempo, también desarrollo mi labor ofreciéndome a aquellos que, como fruto de la observación, percibo que lo necesitan, aunque no lo pidan y me rechacen. Todos somos libres para aceptarla o no, y decidir.
Al
igual que si veo a alguien ahogándose en un río o quemándose en un incendio no
espero a que me pida ayuda, tampoco voy a esperar a que me la pidan
cuando interpreto que se están ahogando o quemando con sus pensamientos,
circunstancias, situaciones, miedos, etc.
En mi opinión, un profesional con la suficiente experiencia —consultor, facilitador, terapeuta, etc.— tiene que estar preparado para anticiparse (no precipitarse) y detectar las necesidades de sus clientes, consultantes, amigos, familiares, etc.
Creo que hemos de intervenir con respeto, pero sin miedo a ser rechazado. Sin esperar a que estas personas, por vergüenza, orgullo, complejos o cualquier otra razón, se quemen o ahoguen porque no se atreven a solicitar ayuda, a mostrar y contar sus problemas, a llorar sobre un hombro ajeno, a pedir ese abrazo que necesitan.
Creo que la vida es lo suficientemente intensa e inmensa como para que todos
tengamos oportunidad de cambiar comportamientos, interpretaciones,
valoraciones, opiniones y juicios hacia otras personas.
Eso sí, lo comparta o no, por supuesto soy consciente y respeto que cada uno desarrolle y aplique sus conocimientos y experiencia de la forma que considere más eficiente y eficaz. Aprender y desaprender depende de nosotros mismos.
Hemos de respetar la libertad
y decisiones de los demás y estar preparados para el rechazo, y soltar... con Amor.
Saludos de Cᴀᴘɪᴛᴀ́ɴPᴇʀɪ .
Javier Periáñez.
| Conferenciante y Consultor | Desarrollo Personal y Profesional | Autor del libro "Lánzate a la Vida" | Conference Planeta (Grupo Planeta) | Presidente de Asociación Internacional EmprendiTud: Talento, Valores y Actitud Emprendedora | Presidente de Honor de EMPREAN: Asociación de Emprendedores y Empresarios Andaluces | Líder Maestro Internacional en - Grow - Asociación Internacional de Liderazgo | Acompaño a personas y colaboro con organizaciones en su crecimiento |
"𝑄𝑢𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑣𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑦 𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑜𝑠 𝑎𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑛".
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